Desgraciadamente, de un tiempo a esta parte, mi cerebro es incapaz de percibir el hype como hace años. Seguramente porque ahora lo tengo mucho más fácil (trabajo, vaya) para conseguir sistemas y juegos, y al disponer de un catálogo tan amplio me esté acostumbrado a ver auténticos juegazos llegando en oleadas prácticamente consecutivas. La temática u originalidad de los mismos puede quedar en entredicho, pero su calidad es más que evidente. Hay mucha producción de muy alta calidad y, si tienes oportunidad de disfrutar la mayoría de ellos, hay un momento en el que para que un juego te haga sentir cosquillas en la nuca, más le vale venir bien cargadito de novedades, o bien ser una producción tan absolutamente brutal que poco importe si repite fórmula por quincuagésima vez.
Lee el resto de esta entrada »